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Cali y Barranquilla también vigilan de cerca sus edificaciones y patrimonio arquitectónico tras alerta en Cartagena (www.facebook.com)

Luego de que se conociera que varios edificios patrimoniales de Cartagena se encuentran en riesgo por factores como el cambio climático y el deterioro por la falta de atención, parece que no es la única capital departamental con este tipo de problemática en sus joyas arquitectónicas y también por otros factores como la sismorresistencia.

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La Ciudad Colonial, con todo su complejo de fortificaciones y monumentos, fue declarada patrimonio cultural e histórico de la humanidad por la Unesco en el año de 1986.

El alcalde de la ciudad, Dumek Turbay Paz, acaba de elevar una acción de grupo contra 58 propietarios de viejas y olvidadas casonas en el Centro Histórico que amenazan con desplomarse sobre la vía pública poniendo en riesgo la vida de peatones, y además la imagen patrimonial de Cartagena, la primera ciudad turística del país, ante el mundo.

En lo que va del 2024, tres balcones se han desplomado en la Ciudad Colonial: dos en la calle de la Moneda y uno en la Calle de la Media Luna del barrio Getsemaní. En este barrio, además, el techo de una vieja casona se desplomó. Por fortuna ninguno de estos hechos dejó personas heridas. Según el Distrito, en el casco antiguo hay 78 edificaciones con riesgo estructural y que deben ser intervenidas cuanto antes.

Pero a su vez, el cambio climático es un factor que amenaza todos los años al cordón amurallado, y todas sus fortificaciones, debido al aumento en el nivel del mar. Así, ante la falta de un sistema de drenajes óptimo, se está volviendo un paisaje común ver a la Plaza de los Coches, epicentro de la ciudad colonial, anegada en cada época de invierno, al igual que el Camellón de los Mártires, la Calle San Juan de Dios y la Plaza de San Pedro Claver, monumentos nacionales hoy amenazados por los embates del medio ambiente. Para paliar esta tragedia, el Gobierno Nacional, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (UNGRD), adelanta las obras de protección costera desde Bocagrande hasta el Marbella, en el proyecto más importante que hoy enfrenta la nación en la lucha contra la erosión costera.

Desde la ciudad, y en labores realizadas por el Distrito para proteger el patrimonio de los ciudadanos, están las obras para el mantenimiento y conservación de estos Bienes de Interés Cultural, como la instalación de bolardos en el perímetro de las murallas y baluartes del Centro Histórico, que tienen como fin evitar el parqueo indebido de vehículos. A su vez, la poda en zonas verdes contiguas y control fitosanitario de maleza invasiva en todas las fortificaciones. 

Edificio Torre del Reloj tiene orden de desalojo.

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Foto:John Montaño/ EL TIEMPO

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