Después de trabajar varios años en redes sociales, Marina Cabero se dio cuenta de que el tipo de contenido que suele funcionar, el público pide y se hace viral suele ser aquel que proporciona instrucciones o trucos para hacer una determinada cosa, de forma rápida, sencilla y sin esfuerzo.
Por eso, los vídeos de orden, limpieza y rutinas del hogar han estado y siguen estando en pleno auge y atraen a millones de personas, dado que muchos de nosotros nos vemos atrapados en el consumismo descontrolado y acabamos con hogares descontrolados de los que somos esclavos, asegura.
“Y cuando detectamos que esto nos estresa y nos pone de mal humor, buscamos soluciones prefabricadas que no nos funcionan ni nos encajan, basadas en autoexigencias de perfeccionismo, productividad tóxica y ‘listas de todo lo habido y por haber’, que se imponen otras personas a sí mismas”, según explica.
Cabero propone aplicar a nuestro hogar el concepto de “vivir sin instrucciones”, es decir “como nosotros queremos, según nuestros valores, creencias y normas, haciendo lo que creemos conveniente, que se adapte a nosotros y a nuestro momento vital en lugar de seguir los dictados de los demás”.
Asegura que todo esto requiere detenerse, ver qué está pasando en nuestra vida y, a partir de esa consciencia, empezar a cambiar esos hábitos que ahora mismo no están funcionando.
“Es un proceso que tiene mucho que ver con el autoconocimiento y crecimiento personal, pero nada que ver con las imposiciones y las instrucciones rígidas”, enfatiza.
Simplificar, ordenar y decorar
En lugar de seguir interminables normas y rutinas ajenas “estrictas y autoexigentes, de buscar la perfección en el hogar, de estar luchando todo el tiempo para tenerlo todo limpio o de agobiarse con más tareas de limpieza interminables, Cabero propone adoptar de tres simples hábitos, hechos a nuestra medida y circunstancias: “simplificar, ordenar y decorar”.
Su propuesta se sustenta en algunas certezas que no duda que los lectores de su último libro, centrado precisamente en esos tres hábitos, terminarán por compartir al analizar sus razonamientos.
Una de esas certezas es que “reducir revoluciones y vivir más despacio te ayudará a tener un espacio sencillo de mantener, que esté para lo que necesites, sin etiquetas ni normas estrictas”.
Cabero también está segura de que “conseguir que nuestra casa se convierta en nuestro refugio soñado y que fomente el bienestar emocional y la calma mental, depende de que nos preguntemos cómo queremos vivir y de que consigamos un hogar que nos sirva a nosotros y a nuestra familia”.
Explica que el primero de los tres hábitos, simplificar, requiere plantearse “tener menos cosas en vez de buscar más rincones donde para guardar más cosas”, y tomar consciencia de “la cantidad de objetos que guardas en cajones, armarios, cajas, garajes o trasteros y que ni siquiera recuerdas tener”.