David Lynch no es solo un director de cine; es un arquitecto de sueños y pesadillas que ha transformado la narrativa visual en algo profundamente personal y universal. Con una carrera que abarca más de cinco décadas, Lynch ha creado un estilo único conocido como «Lynchiano», una mezcla de lo cotidiano y lo grotesco, lo onírico y lo perturbador. Desde su debut con Eraserhead hasta su aclamada serie Twin Peaks, Lynch ha dejado una huella imborrable en el cine y la televisión.
El jueves 16 de enero de 2025, la familia de Lynch comunicó, a través de redes sociales, el fallecimiento del maestro a los 78 años. Expresaron: «Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y el artista David Lynch. Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros». En 2024, Lynch había revelado que padecía enfisema pulmonar, una enfermedad crónica derivada de años de tabaquismo, lo que lo obligó a retirarse de la vida pública. Su legado artístico vivirá por siempre en los laureles de la cultura pop.
Los primeros años: De Montana a Filadelfia
David Keith Lynch nació el 20 de enero de 1946 en Missoula, Montana, en el seno de una familia de clase media. Su padre trabajaba como científico forestal, lo que llevó a la familia a mudarse frecuentemente por los Estados Unidos. Esta infancia itinerante influyó profundamente en su visión artística, marcada por paisajes rurales y la dualidad entre lo idílico y lo inquietante.
Tras graduarse de la secundaria en Alexandria, Virginia, Lynch comenzó a estudiar arte en la School of the Museum of Fine Arts en Boston, pero pronto se trasladó a la Pennsylvania Academy of Fine Arts (PAFA) en Filadelfia. Fue allí donde comenzó a experimentar con cortometrajes, combinando pintura y animación. Su primer trabajo notable, Six Men Getting Sick (Six Times) (1967), ya mostraba su inclinación por lo experimental.
El despegue cinematográfico: Eraserhead y The Elephant Man
En 1970, Lynch se mudó a Los Ángeles para estudiar en el American Film Institute (AFI), donde comenzó a trabajar en su primer largometraje, Eraserhead (1977). Esta obra surrealista e inquietante tardó cinco años en completarse, pero se convirtió en un clásico de culto gracias a su atmósfera única y perturbadora.
El éxito de Eraserhead llamó la atención de Mel Brooks, quien contrató a Lynch para dirigir The Elephant Man (1980). Basada en la vida real de Joseph Merrick, esta película fue un éxito crítico y comercial, obteniendo ocho nominaciones al Oscar, incluidas Mejor Director y Mejor Guion Adaptado. Con esta obra, Lynch demostró que podía equilibrar su estilo experimental con narrativas más convencionales.
La era del cine surrealista: Blue Velvet y más allá
Después del fracaso comercial de Dune (1984), Lynch regresó a sus raíces con Blue Velvet (1986), una película que explora los…
