El monte Everest
Las montañas crecen en altura por distintos mecanismos que, además, intervienen simultáneamente a lo largo de millones de años y a distintas velocidades. No sólo crecen –o han crecido en el pasado– de diversas maneras, sino también se desmoronan y, aunque parezca increíble, hasta flotan.
Hundirse o elevarse
Los continentes están literalmente flotando sobre el manto de la Tierra y, de forma similar a lo que sucede con los icebergs, pueden hundirse o elevarse más o menos dependiendo de su masa.
Ello se debe, por un lado, a que están hechos de materiales más ligeros (fundamentalmente granitos, gneises y rocas sedimentarias) que los del manto terrestre sobre los que descansan.
Por su parte, el manto de la Tierra, de composición similar a la del basalto, tiene un comportamiento plástico (puede deformarse sin fracturarse cuando se somete a esfuerzo) debido a las altas temperaturas y presiones a las que está sometido. Esto hace que los continentes floten de acuerdo con el principio de Arquímedes.
La península escandinava se eleva
Las distintas masas de la corteza terrestre flotan sobre el manto subyacente en un equilibrio que se conoce con el nombre de isostasia. Encontramos pruebas evidentes de esa isostasia en, por ejemplo, la península escandinava, donde se puede observar cómo los terrenos se han ido elevando con respecto al nivel del mar una vez que se fundió la pesada capa de hielo que las cubría durante la última glaciación.
Las mediciones geofísicas indican que, actualmente, la península escandinava se está elevando con respecto al nivel del mar a razón de aproximadamente un centímetro por año.
También se elevan a similares velocidades Siberia, América del Norte y La Patagonia, todas ellas zonas que estuvieron cubiertas por el hielo durante el último periodo glaciar, que acabó hace unos 11 000 años.
La erosión que levanta el Everest
El levantamiento o rebote isostático que se observa en ciertas zonas de la corteza terrestre no solamente tiene lugar donde se ha eliminado el peso del hielo glaciar. La erosión también produce una disminución de la masa de ciertas regiones y provoca un levantamiento significativo de algunas montañas.
Eso es precisamente lo que parece que está ocurriendo en el caso del Everest, el Lhotse y el Makalu, la primera, la cuarta y la quinta montañas más altas del planeta.
Érase una vez en Asia
Todo comenzó hace casi 90 000 años, cuando el río Arun, un afluente del Kosi, modificó su curso. Este evento geológico tuvo como consecuencia un gran aumento de la erosión alrededor del Everest y de las montañas cercanas a él.
Con el arrastre hacia el mar de los sedimentos generados por la erosión en la cuenca…