En un movimiento histórico, los alcaldes de Cartagena y Cali, Dumek Turbay y Alejandro Eder, respectivamente, han firmado un acuerdo de hermanamiento que busca revitalizar los barrios Getsemaní y Obrero. Este pacto se centra en promover un desarrollo sostenible y cultural, al tiempo que combate los efectos negativos de la gentrificación y la inseguridad.
Ambos barrios comparten una rica historia cultural que se ha visto amenazada por problemas como el microtráfico y el abandono. Getsemaní, famoso por su vibrante vida nocturna y su patrimonio histórico, servirá de modelo para el Barrio Obrero de Cali, que busca transformarse en un epicentro cultural similar.
Los alcaldes de Cartagena y de Cali hablaron al respecto
Durante la firma del acuerdo en la COP 16, Turbay subrayó la importancia de proteger las tradiciones de las comunidades que han habitado estos barrios durante generaciones. “Estamos comprometidos con un desarrollo urbano que respete nuestras raíces y que beneficie a todos los residentes”, afirmó el alcalde de Cartagena.
Por su parte, Eder anunció que su administración destinará más de $20 mil millones para impulsar el barrio Obrero. Este proyecto incluye la rehabilitación de espacios públicos, la creación de un circuito musical y la promoción de la salsa como símbolo cultural. “Queremos transformar el Obrero sin perder su esencia. La cultura debe ser el corazón de este proceso”, expresó.
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La colaboración entre ambos mandatarios también busca abordar la seguridad en sus comunidades. La lucha contra las economías ilegales es un punto clave en su agenda, y ambos alcaldes se comprometieron a trabajar juntos para crear un ambiente más seguro para residentes y turistas.
Este hermanamiento no solo representa una unión entre dos barrios, sino también un esfuerzo por generar un impacto positivo en el desarrollo social y económico de Cali y Cartagena. La combinación de esfuerzos en la promoción cultural y la revitalización urbana tiene como objetivo no solo atraer turismo, sino también mejorar la calidad de vida de quienes viven en estas comunidades.
A medida que avanza este ambicioso proyecto, la esperanza es que la historia y la cultura de Getsemaní y el Barrio Obrero se entrelacen, creando un futuro brillante para ambas localidades. La colaboración servirá de ejemplo para otras ciudades que enfrentan retos similares en la preservación de su identidad cultural y el desarrollo sostenible.
