Lo que parecía una administración enfocada en el desarrollo de Popayán terminó convirtiéndose en un cúmulo de irregularidades, deudas y escándalos financieros. La gestión del exalcalde dejó una ciudad con problemas económicos serios, contratos en entredicho y decisiones que hoy siguen generando controversia.
Uno de los casos más llamativos es el contrato de las esculturas de loros mojados, una inversión millonaria que, lejos de generar valor cultural o turístico, se convirtió en un símbolo del despilfarro administrativo. La falta de transparencia en la contratación y la ejecución de este proyecto ha despertado críticas entre la ciudadanía.
Déficit y crisis financiera
A la polémica de los loros mojados se suman problemas aún más graves: un déficit fiscal que supera los límites esperados y una serie de pagos pendientes que hoy complican el funcionamiento de la ciudad. Según informes de la Contraloría, la gestión del exalcalde dejó cuentas en rojo y recursos mal administrados.
«Recibimos una alcaldía con una deuda millonaria y con contratos que no tienen claridad en su ejecución. Estamos trabajando para revisar cada uno de estos procesos y garantizar que los recursos de Popayán sean bien utilizados», señaló un funcionario de la nueva administración.
Investigaciones en curso
Ante la gravedad de la situación, organismos de control han iniciado investigaciones sobre varias de las decisiones financieras tomadas en el gobierno anterior. La Procuraduría y la Contraloría ya analizan presuntas irregularidades en contratos de infraestructura, publicidad y consultorías que podrían haber favorecido intereses particulares.
Mientras las investigaciones avanzan, la ciudadanía exige respuestas y soluciones. Popayán enfrenta ahora el reto de recuperarse de las malas decisiones del pasado y garantizar que los errores cometidos no se repitan en futuras administraciones.
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