Volverse la primera presidenta elegida en las urnas de su país, como ahora lo es Claudia Sheinbaum en México, significó para la costarricense Laura Chinchilla una “enorme responsabilidad”: iba a ser evaluada de forma especial, recuerda.
“Las valoraciones sobre mi presidencia no recaerían exclusivamente sobre mi persona -como siempre ha ocurrido con los presidentes varones- sino también sobre el género”, dice Chinchilla a BBC Mundo.
Ella vio ese momento no solo como un gran honor, explica, sino como “la oportunidad de romper para siempre el techo de cristal y con ello permitir que las mujeres más jóvenes pudiesen soñar con alcanzar esa cima”.
Tal vez algo similar cruce la mente de Sheinbaum y de muchas mexicanas luego del triunfo contundente de esta científica de 61 años en las presidenciales del domingo en su país, con 59 % de los votos según el escrutinio parcial.
Sin embargo, la historia reciente sugiere que las jefas de Estado pueden enfrentar retos peculiares en una América Latina con fuerte tradición machista en el poder.
Algunas de las que triunfaron en las urnas debieron derrotar también cierta desconfianza sobre su capacidad de liderazgo: ocurrió desde que la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro se convirtiera en la primera presidenta electa del continente, al vencer en 1990 al actual mandatario Daniel Ortega.
Hoy, 34 años más tarde, Sheinbaum también ha respondido durante su campaña en México a los críticos que creen que su padrino político, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, la eligió como sucesora para extender su propio gobierno.
“Me siento segura de mí misma”, dijo Sheinbaum en una entrevista reciente con la BBC. “No me importan esas cosas que dice la oposición de que el mío sería otro gobierno de López Obrador”.
Antes que ella, siete mujeres fueron electas para presidir países latinoamericanos. Pero aquí tampoco hay una tendencia estable o lineal.
En 2014, la región llamaba la atención por su cantidad de presidentas: Michelle Bachelet iniciaba su segundo mandato en Chile, Dilma Rousseff gobernaba en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Chinchilla en Costa Rica…
Sin embargo, cuatro años más tarde los países latinoamericanos pasaban otra vez a estar presididos solo por hombres. Ahora hay solo dos jefas de Estado en ejercicio en la región: Dina Boluarte en Perú y Xiomara Castro en Honduras.
Entonces, ¿qué recomendarían a Sheinbaum algunas de las mujeres que también fueron electas por primera vez presidentas en sus países?
Tres de ellas, Bachelet, Chinchilla y la panameña Mireya Moscoso respondieron así a esa pregunta de BBC Mundo:
Michelle Bachelet, presidenta de Chile de 2006 a 2010 y de 2014 a 2018
“Mi principal recomendación para la primera mujer presidenta de México sería que trabaje incansablemente para…