La inflación en Estados Unidos y los elevados costos para obtener una buena calidad de vida hacen, muchas veces, entre otros motivos particulares, que algunos ciudadanos opten por la opción de
para obtener un futuro mejor, tal como lo hizo una pareja estadounidense yéndose hacia Alemania.
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En julio del 2022, según le contó a Business Insider, Ashley Packard cumplió el sueño de mudarse a Europa junto a su marido, y el destino elegido fue Alemania. Sin dudas, se encontró con muchas cosas sorprendentes propias del choque cultural. En el diálogo, mencionó algunas de ellas.
- El fácil acceso del transporte público: Packard reveló que, mientras en Estados Unidos debía conducir y dependía de su auto o el tren para viajar. En contraste, a pesar de que tiene licencia, no ha utilizado el coche durante los últimos dos años viviendo en Alemania debido al fácil acceso en el transporte público, tanto en buses como trenes.
- Las tiendas cierran los domingos: otro factor que llamó la atención de la mujer fue que, en su mayoría, las tiendas cierran los días domingos, incluso las comestibles, por lo que se tuvo que acostumbrar a abastecerse con anterioridad o acudir a alguna aplicación de entrega de comida en estos días.
- Es crucial llevar dinero en efectivo: la mujer notó que es de vital importancia en Alemania llevar siempre consigo dinero en efectivo, ya que muchos locales solo aceptan ese medio de pago por medidas de seguridad para evitar estafas.
- No acostumbran a dar propinas: mientras en EE. UU. hay un interminable debate con respecto a si se debe dar propina o no en los distintos servicios de atención al cliente, en Alemania eso no es habitual. “Se agradece dar propina, pero no se espera”, contó Packard.
- Se prefiere el agua con gas: sin preguntar antes, los restaurantes en Alemania suelen servir en las mesas agua con gas antes que sin gas.
Dos aspectos negativos de mudarse de Estados Unidos a Alemania
Algo que a lo que Ashley Packard se tuvo que acostumbrar como estilo de vida, según mencionó en diálogo con Business Insider, fue a vivir sin aire acondicionado, ya que solo uno de cada ocho hogares allí está equipado con ese electrodoméstico, algo que es muy inusual para cualquier estadounidense.
Al mismo tiempo, fue sorpresivo para la mujer que en los apartamentos en alquiler no haya cocinas equipadas con refrigerador, horno, gabinetes, encimeras, lavadora o lavavajillas. Esto tiene que ver con que en Alemania los inquilinos acostumbran a llevarse la mayor parte de ese equipamiento antes de terminar su estadía.