Una orina densa y amarilla con un olor fuerte, una boca demasiado seca o un ritmo de pulsaciones muy acelerado suelen ser algunos síntomas de la deshidratación. Aprende a identificar otras alertas y a tratarlas de manera oportuna.
La hidratación es sin duda alguna uno de los aspectos a los que debemos prestarle más atención cuando decidimos aumentar el nivel de exigencia en nuestros entrenamientos. Una correcta reposición de líquidos durante la práctica intensa del ciclismo nos ayudará a conservar un buen rendimiento físico en cualquier tipo de ruta.
Debes estar alerta a señales de deshidratación
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No te confíes porque puede que te sientas bien y de un momento a otro la deshidratación te golpee sin avisar. Y esto es común. Cuando el calor penetra en nuestro cuerpo es posible que el organismo sufra alteraciones en su comportamiento debido a la falta de previsión en la reposición de líquidos. Sin embargo, es muy importante que sepas que esta reacción está categorizada en tres fases, las cuales indican el grado de complejidad. Así pues, miremos las principales diferencias:
Fase 1: deshidratación leve
El primer nivel de deshidratación en el organismo se traduce en una pérdida de peso por falta de agua que se sitúa entre el 1% y el 3%, lo cual disminuye el rendimiento del ciclista entre un 10 y un 20%.
Este tipo de deshidratación, (equivalente a una disminución del 1-3% de la masa corporal) y que se produce cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, suele manifestarse a través de síntomas como la sed, el cansancio, el aumento de la frecuencia cardiaca y el aumento de la temperatura corporal por la reducción del flujo de sangre.
Como lo hemos mencionado, la sed es el primer síntoma que se genera cuando aparece la deshidratación leve. Pese a que el calificativo “leve” no suele significar una complejidad mayor, es muy importante hacer una adecuada reposición de líquidos para evitar que esta reacción escale a la segunda fase.
Fase 2: deshidratación moderada
La fase moderada de deshidratación está representada por una pérdida del peso corporal que se sitúa entre el 3 al 5%. En este nivel la sintomatología varía y las alertas de que algo anda mal empiezan a manifestarse a través de la sed, las sensaciones de nauseas, la fatiga, falta de elasticidad en la piel y dolor de cabeza.
Es muy importante aclarar que estos síntomas también están precedidos por otro tipo de alertas como la eliminación de una orina densa de color amarillo oscuro, cantidad escasa de orina, boca y labios resecos, mareos, confusión, visión borrosa, mal aliento y aumento en las pulsaciones. Incluso, un nivel de deshidratación superior al 2% del peso corporal puede también desencadenar la falta de…