- «… Susanita, a quien un amigo pedante la ha acobardado haciéndole pensar que hay lenguajes e ideas hondísimos e inextricables que no se pueden entender sino en seis o más años de profesor y estudio… Las cosas que no se pueden explicar a una persona de inteligencia normal y que ya ha concluido o está próxima a concluir el período de crecimiento físico en una hora de honesta y simpática conversación, son sólo aquellas que el enseñante nunca ha comprendido y acerca de las cuales, por tanto, no lograría hacerse entender en cien años.»
Macedonio Fernández, en su novela Adriana Buenos Aires: Última novela mala, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 2012
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2. Los días más felices de nuestra vida; sumados, darían en total unas cuantas horas. O quizás, minutos.
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3. LA MEJOR VERSIÓN DE SÍ MISMO
No les ocurre que a veces; cuando escuchan a alguien decir que en la actualidad es la “mejor versión de sí mismo”, preguntarse ¿cómo sería; entonces, anteriormente?
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4. MÁS GARROTE QUE ZANAHORIA
Talleres y cursos de escritura creativa pueden ser de gran utilidad, pero sólo a quien de verdad tiene talento (preciso es recordar que ni el mejor entrenador y el mejor jinete lograrán que un burro llegue siquiera a correr un Derby). Y esta utilidad será mayor en la medida que al aprendiz le corresponda en suerte un verdadero maestro y unos compañeros con buen criterio, que le brinden más garrote que zanahoria.
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5. Hay muchas cosas que el dinero no puede comprar; conciencias, muy pocas.
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6. PADECE NINFOMANÍA
Decir que una mujer hermosa padece ninfomanía, es una contradicción, un completo absurdo. ¿Será mucho sufrimiento poder acostarse con quien quiera y cuantas veces lo desee? Es igual que si dijéramos que un hombre rico y bien dotado padece satiriasis.
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7. «No solo de pan vive el hombre»; pero menos aún, de amor o de poesía.
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8. El poeta es un hombre / al que a veces agobian la incomprensión, el barro, / el alquiler, la luna.
Raúl González Tuñón
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9. Quién no desearía que a todos sus enemigos Dios los tuviera en su santa gloria.
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10. Algo bueno de la vejez es que nuestros sueños se reducen sólo a aquellos que tenemos mientras dormimos.
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11, No puedo imaginar a un Matisse o un Picasso –octogenarios– yendo por ahí con sueños o proyectos; sólo haciendo, creando.
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12. UN TATUAJE
De haberme tatuado un texto, habría sido este:
No me alquilo ni me vendo,
yo me habito y me consumo.
O este:
No estoy para nadie,
se han fugado mis ojos
tras las montañas.
O también:
No estoy para nadie,
ni para alguien…
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