La primera parte del Quijote se publicó en 1605. La “primera parte” de la Teoría de la Relatividad, la Especial, se publica en 1905.
La segunda parte del Quijote se publicó en 1615. La “segunda parte” de la Teoría de la Relatividad, la General, se publica en 1915.
Es decir, 300 años exactamente separan las dos más grandes obras de las letras y la ciencia; esto es, al más grande novelista y al más grande científico de todos los tiempos.
Este mismo post lo incluí en un correo que envié a todos mis contactos dos días después.
Al día siguiente, mi amiga, Ana Cristina Vélez Caicedo (quien, en su Catrecillo, Blog del diario El Espectador, así se presenta: Estudié diseño industrial y realicé una maestría en Historia del Arte. Investigo y escribo sobre arte y diseño. El arte plástico me apasiona, algunos temas de la ciencia me cautivan. Soy aficionada a las revistas científicas y a los libros sobre sicología evolucionista.) respondió mi correo:
«Está buenísimo. Y lo de la separación entre el quijote y la teoría de la relatividad es buenísimo también. ¿Tú te diste cuenta de eso?
«Hola, Ana.
Me alegra que, como a mí, a ti también te haya impresionado esta tremenda coincidencia.
Y sí, me ufano un poco de este hallazgo. Lo hice hace muchos años, pero sólo hasta ahora lo escribo y lo comparto…aunque sólo ahora reparo en que no es tan obvio y sencillo como para que sea muy común hacerlo.
Me despertaste la inquietud, y voy a ver que hallo al respecto en google.
Feliz día.
Un abrazo.
León»
No habían pasado 15 minutos desde el anterior correo, cuando le envié el siguiente:
«Hola Ana, tal como te dije, googleé lo de Einstein y Cervantes, y sólo encontré una entrada. Es una de las páginas más maravillosas que he descubierto últimamente. Estoy seguro de que también te fascinará, te dejará encantada. Se llama
A continuación, anexo el maravilloso texto que versa sobre el supuesto diálogo que sostuvieron los dos grandes genios, separados casi que 6.000 km. en la distancia (Madrid-Princeton), y exactamente 300 años en el tiempo. (Lamento mucho no poder dar el crédito correspondiente al también genial autor del mismo. Sí alguien tiene noticias suyas, le agradecería me las transmitiera):
300 años no es nada
En 2016 se celebró el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, evento que vino a coincidir con la detección de un fenómeno predicho por Albert Einstein hace 100 años: las ondas gravitacionales.
Ambos hechos se encuentran separados en el tiempo exactamente 300 años, y esto no sería más que una mera casualidad si no fuera por otros dos momentos de sus vidas.
En 1605 Cervantes publica la primera edición de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, y en el “annus mirabilis” de 1905 Einstein saca a la luz una memorable serie de artículos entre los que se encuentran el dedicado al