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Broncoscopia: imagen y discusión imagen de rodete en derrame pleural

Rodete imagen in pleural efusión

El diagnóstico de derrame pleural se basa en los hallazgos clínicos e imagenológicos. En el primero de los casos, cuando la cantidad acumulada alcanza ciertos límites, se constituye el llamado síndrome de derrame pleural, caracterizado por disminución de los ruídos respiratorios, de las vibraciones vocales y de la expansibilidad pulmonar, con matidez a la percusión y en ocaciones, soplo tubárico o respiración bronquial. (Ver también: 

)

Dentro de los procesos imagenológicos más simples destacan la radiografía en proyecciones PA y decúbito, y la ecografía torácica. Este último procedimiento permite conocer no sólo la cantidad aproximada de líquido sino también su localización, así como la presencia a ausencia de tabiques y la existencia o no de engrosamiento pleural.

Aún cuando la broncoscopia no es un procedimiento rutinario en el estudio de esta patología, es necesario realizarla bajo ciertas circunstancias, pudiendo encontrarse en ocasiones, la imagen de RODETE que muestra la fotografía adjunta, la cual obedece a la compresión concéntrica extrínseca que sobre el bronquio ejerce la presencia de líquido en el espacio pleural.

La literatura describe además, dentro de los hallazgos broncoscópicos, el estrechamiento leve de la luz bronquial y el apiñamiento de los bronquios.

Derrame pleural: definición y etiología

El derrame pleural se define como la acumulación excesiva de líquido en el espacio pleural, superando los niveles fisiológicos habituales de 10-20 ml de líquido seroso. Este líquido puede ser de distinta naturaleza, como exudado, trasudado, hemotórax (sangre), quilotórax (linfa) o empiema (pus), dependiendo de la etiología subyacente.

Los mecanismos principales que llevan a un derrame incluyen un aumento en la presión hidrostática, disminución de la presión oncótica, incremento en la permeabilidad capilar, obstrucción linfática o comunicación directa con otras estructuras, como el tracto gastrointestinal o vasos sanguíneos.

La fisiopatología del derrame pleural puede variar según su causa. En los trasudados, como los observados en insuficiencia cardíaca congestiva o cirrosis hepática, el desequilibrio entre las presiones hidrostática y oncótica promueve la filtración de líquido al espacio pleural sin inflamación significativa.

Por otro lado, los exudados, como los causados por infecciones (neumonía), neoplasias o enfermedades autoinmunes, resultan de un aumento en la permeabilidad de los capilares pleurales debido a inflamación o daño tisular, permitiendo la acumulación de proteínas y células inflamatorias en el líquido pleural.

Factores secundarios como el compromiso del drenaje linfático (por ejemplo, en neoplasias metastásicas) o la comunicación con el espacio peritoneal (como en el síndrome de Meigs) también pueden…

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