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EL CINISMO COMO PRÁCTICA POLÍTICA

Germán Ayala Osorio
La Otra Tribuna

EL CINISMO COMO PRÁCTICA POLÍTICA / El cinismo es una práctica política arraigada en la Colombia mafiosa, inmoral y corrupta. De allí que los políticos son los responsables – no los únicos- de haber naturalizado las actitudes cínicas con las que asumen la discusión pública de asuntos públicos, así como los cargos de elección popular y aquellos otros que corresponden a acuerdos políticos y clientelares entre partidos y agentes del Establecimiento. “Una característica dramática de los cínicos en política es su desconexión moral y ética respecto de las consecuencias que sus acciones tienen —casi siempre como un coste o un castigo inmerecido— para sus gobernados”.

Políticos como Álvaro Uribe Vélez y Álvaro Hernán Prada hacen parte sustantiva de lo que aquí llamaré la Escuela Cínica Colombiana (ECC) en la que se promueve “la maximización de las utilidades, en el sentido de poseer más de lo que se tiene. La democracia liberal, atrapada en su trampa, no ha podido escapar de este ethos individualista”. Para el caso colombiano, el individualismo posesivo y el cinismo hacen parte sustancial de la inmoralidad y de la baja altura ética de los políticos colombianos. Uribe y Prada hacen parte del Centro Democrático, uno de los partidos, junto a Cambio Radical, con más militantes investigados, procesados y condenados por corrupción.

El primero de estos, cuando fungió como presidente de la República (2002-2006), le apostó a cambiar las reglas del juego para beneficiarse él y dar rienda suelta a su proyecto neoliberal, violento en lo social, dañino en lo cultural e insostenible ecológicamente hablando. Lo hizo con su reelección presidencial inmediata, una acción jurídico-política cargada de ilegitimidad desde lo procedimental e ilegal por el delito de cohecho que logró probarse. Al final, su reelección fue comprada, gracias a que los congresistas Yidis Medina y Teodolindo Avendaño se prestaron para consolidar ese proyecto político con el que se afectaron en materia grave los DDHH y el equilibrio de poderes. Ambos fueron condenados por los delitos de cohecho en el marco de lo que se conoció como la yidispolítica.

Uribe Vélez en varias ocasiones se declaró respetuoso de las instituciones y de la institucionalidad, pero sus decisiones y acciones dan cuenta de todo lo contrario. Todo el tiempo los medios masivos registran en sus titulares esa intención engañosa de respetar las instituciones cuando lo que realmente lo que se está buscando es erosionar la legitimidad de estas. De esa manera, se confirma el rasgo cínico de su actuar público y el ethos que guía la operación de la ECC.

He aquí algunos titulares de cita que recogen el “respeto” que Uribe siente por las instituciones: 1. “Mi obsesión ha sido la verdad y la institucionalidad”. 2. Dilatar la elección de Fiscal es amenazar a la institucionalidad del Estado de Derecho: Uribe. 3. Uribe volvió a decir que respeta…

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