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El pan francés lagunero, un tesoro gastronómico para el mundo

En la panadería La Popular de San Pedro de las Colonias, la despachadora Magdalena Hernández guarda unos 40 panes francés en unas cajas que se lleva un comprador. En las vitrinas todavía quedan unos 10 panes francés por venderse. Los últimos panes del día.

“Es el mero bueno”, presume Pedro García, uno de los socios de la que es considerada la panadería más antigua en La Laguna.

En esta panadería de 98 años se producen normalmente poco más de 500 panes franceses diarios. Siempre pan de día. Esta cifra es apenas una pieza de un rompecabezas que se estima es de 200 mil panes producidos cada día en La Laguna, asegura Pedro Ávila, panadero y presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (CANAINPA) en La Laguna.

El pan francés es parte de una identidad lagunera. Como la cemita poblana o la torta ahogada en Guadalajara. Pero el pan lagunero es mejor, asegura cualquier panadero al que se le pregunte.

Carlos Castañón, historiador lagunero, recuerda que hace unos años el lonche se asociaba a una comida de obreros, pero hoy es tan prestigiada que está en el museo, en el Instagram o en las redes de políticos que presumen comerlo como identidad gastronómica.

Y Pedro García de La Popular asegura que el mejor pan está en su panadería porque se hace con leña y la gente reconoce el sabor.

“Es la cocción y la hechura”, dice con la seguridad que le dan más de 50 años en el negocio.

Además de tener presencia en redes sociales, el pan francés lagunero fue declarado por el Cabildo de Torreón como patrimonio cultural, gastronómico y turístico de la ciudad. Y también se declaró a ese día como el día del Pan francés lagunero.

“Es la joya de la corona de la gastronomía lagunera. Es la única aportación de la región lagunera a la gastronomía nacional”, asegura el historiador Carlos Castañón.

Las demás, como las gorditas, la discada o la carne asada, son más un asunto del norte. Pero el pan francés es completamente lagunero y es tan delicioso que existe infinidad de combinaciones: lonche de carnitas, lonche de adobada, lonche de aguacate, queso o jamón; se hacen lonches de huevo con chorizo o molletes; se come con el pozole, el menudo, el mole, el asado; también con cajeta, mantequilla, mermelada o simplemente solo.

A Pedro Ávila, el dirigente de Canainpa le gusta usar el pan como cuchara cuando su esposa le hace sopa de estrellas, o sopa caldosa con frijoles y carne.

“Me encanta, la verdad”, dice como si saboreara en ese momento el platillo.

En las entrañas de Central Panificadora se producen más de 3 mil panes franceses. Prácticamente el 50 por ciento de las ventas de una panadería son de pan francés.

UN PAN ARTESANAL Y CON HISTORIA

Son las 2 de la tarde de un viernes y en la Central Panificadora, la panadería de Pedro Ávila, un panadero se dispone a darle forma a la masa.

Pedro Ávila asegura que prácticamente nació en una…

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