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La locura de Chiki Pérez como liebre ‘rebelde’ del Medio Maratón de Oporto

Los corredores escriben su propia historia, y eso fue exactamente lo que hizo Juan Antonio ‘Chiki’ Pérez en la Media Maratón de Oporto el pasado domingo. El ciudadrealeño, conocido por su valentía y siempre dispuesto a dar la cara cuando la situación lo exige, fue a Oporto con una misión: ser la liebre de la media maratón, marcar el ritmo a los keniatas, y luego retirarse. Pero lo que debía ser una jornada de trabajo acabó siendo una lección de determinación y escucha al propio cuerpo.

El objetivo era ayudar a mantener un ritmo endiablado de 2’50” por kilómetro. Durante los primeros 9 kilómetros, Pérez cumplió a la perfección, desafiando el viento en contra y llevando el peso de la carrera. Cuando llegó al kilómetro 10 (28:37), su trabajo como liebre estaba hecho. Pero en lugar de detenerse, algo dentro de él le dijo que podía continuar: “Pensé, voy a hacer uno más suave y así recupero un poco”. Ese kilómetro lo completó en 3’34”, un ritmo más tranquilo pero que le permitió sentir que todavía tenía energía.

Y así, sin más, decidió seguir. Su cuerpo respondía, y lo que comenzó como una labor de liebre a todo gas acabó cruzando la meta con un muy buen tiempo de 63’26”, alcanzando una increíble sexta posición.

El arte de ser liebre: más que ritmo

Todos los que corren saben la importancia de las liebres. Figuras que, con disciplina y precisión, llevan a los corredores al límite, ayudándolos a conseguir mejores marcas. No hay 10k, maratón o media maratón que no cuente con estas figuras clave.

Correr junto a una liebre es, en parte, un alivio psicológico. Te quitan el peso de tener que pensar en el ritmo. Tú solo tienes que seguir. Pero, para la liebre, la historia es distinta…. Lidiar con el viento y con la orografía del circuito, insuflar ánimos y colaborar en los avituallamientos con la responsabilidad inmensa de mantener un ritmo constante.

Pocas veces pasa que una liebre profesional, que tiene el ‘papel’ de retirarse antes de la meta, decide que puede más. ¿Qué pasa cuando, como en el caso de ‘Chiki’ Pérez, la liebre se “viene arriba”? Pues que la carrera se transforma, y lo que debía ser solo un 10k sin más (muy rápido, eso sí) lo convirtió en una demostración de que incluso en los días en que tienes claro un plan, la intuición y el cuerpo puede llevarte más allá.

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