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No solo sería TikTok: Estados Unidos estaría a punto de prohibir a los autos chinos

Con la salida de

de la Casa Blanca a la vuelta de la esquina, su administración ha decidido dejar un último golpe contundente: una serie de reglas que podrían cambiar para siempre la venta de vehículos eléctricos y conectados en Estados Unidos. El plan incluye prohibir software y hardware automotriz procedente de China y Rusia, y aunque el argumento es proteger la seguridad nacional, las implicaciones para los consumidores y la industria son enormes.

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“Dos millones de autos chinos en nuestras carreteras”: el temor de la administración

La nueva regulación apunta directamente a cualquier componente chino o ruso que permita a los vehículos modernos conectarse al resto del mundo. Eso incluye cosas tan comunes como GPS, Bluetooth, Wi-Fi, cámaras, sensores, micrófonos activados por voz y conexiones de datos celulares. Básicamente, cualquier tecnología que convierta a tu auto en un “smartphone sobre ruedas”.

La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, no se anduvo con rodeos. En una entrevista con Reuters, afirmó: “No queremos darnos cuenta demasiado tarde de que dos millones de autos chinos representan una amenaza para nuestra seguridad”. Según el gobierno, esos componentes podrían ser utilizados por “adversarios extranjeros” para recolectar datos sensibles, desde la ubicación de los conductores hasta grabaciones de voz y video en tiempo real.

Impacto directo en los autos eléctricos (y en tu bolsillo)

Si bien la idea de proteger la seguridad nacional suena razonable, la implementación de estas reglas podría sacudir por completo el mercado de vehículos eléctricos en Norteamérica. Muchas marcas, incluso algunas tan populares como Volkswagen, GM, Toyota y Ford, dependen de proveedores chinos para ciertas piezas.

Algunas empresas, como Polestar (propiedad de la china Geely), podrían quedar fuera del mercado estadounidense por completo. Esto a pesar de que Polestar fabrica gran parte de sus autos en Carolina del Sur: Sí, incluso marcas que producen localmente se verán afectadas si dependen de tecnología china.

Y luego está la ley de la oferta y la demanda. Con menos competencia china, los fabricantes occidentales tendrán vía libre para subir precios sin preocuparse por los rivales más baratos. ¿El resultado? Los autos eléctricos en Estados Unidos podrían volverse mucho más caros, haciendo más difícil su adopción masiva.

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Los autos autónomos también reciben un golpe

La prohibición no solo afecta a los vehículos eléctricos convencionales, sino también a los vehículos autónomos y los servicios de transporte compartido. Por ejemplo, empresas como Waymo (de Google) que planeaban usar modelos de la marca china Zeekr tendrán que replantearse su estrategia.

El Zeekr M MPV, que prometía ser el…

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