Obras por Impuestos no es solo una figura algo sui generis, es un ejemplo extraordinario de una alianza público-privada. Este mecanismo para que las empresas paguen de manera alternativa su impuesto de renta a través de la ejecución de un proyecto en las zonas más afectadas por el conflicto ya ha pasado la prueba de tres gobiernos con banderas políticas muy distintas: fue creado en el de Juan Manual Santos, implementado y desarrollado en el de Iván Duque y consolidado en el de Gustavo Petro. Este último no sólo mantuvo, sino que aumentó el cupo anual a 800.000 millones en 2023 y a un billón para la vigencia actual.
Esto pasa porque el mecanismo ha demostrado ser exitoso: año a año se suman más empresas, el cupo lo han aumentado tres veces y el monto total que se ha invertido anualmente, no para de crecer. También se ha sofisticado, pues ha sabido aprender de sus lecciones y tiene un ecosistema cada vez más robusto. Algunas empresas, incluso, cuentan con equipos dedicados a la gestión de Obras por Impuestos, lo que jalona a más empresas.
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Es en su implementación que las políticas públicas construyen los mejores argumentos para mantenerlas o cambiarlas. Con la práctica, Obras por Impuestos ha demostrado lo primero. Así para las empresas sea más fácil pagarle directamente a la Dian, han visto que ejerciendo la ciudadanía corporativa a través de este mecanismo saben a dónde se van sus impuestos y además obtienen un beneficio reputacional.
Los alcaldes de los municipios donde se ejecutan las obras, a pesar de que ceden la ejecución de un proyecto a un tercero (y comparten el crédito con este), ven que se benefician de recursos adicionales que vienen del Presupuesto General de la Nación, lo que en la práctica significa acceder a una bolsa adicional.
Y el Estado, en cabeza del gobierno nacional, renuncia a la libre disposición de esos recursos públicos, pero gana en eficiencia, pues en una sola operación recauda tributos y los distribuye y asigna para su ejecución. Además, con una apuesta de transparencia y eficiencia sustentada en que las empresas asumen por su cuenta y riesgo la realización del proyecto.
Finalmente, las comunidades ven que las obras llegan y se hacen.
Hasta acá, todas buenas noticias. Sin embargo, Obras…