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Poemas de la poeta argentina Marcela Barrientos

Un puente para la paz

Quisiera vestir el cielo con un arco iris
y con millones de palomas mensajeras,
portando en sus alas palabras de paz
que derritan las barreras y fronteras.
Sus plumas blancas como la luz del alba,
tejan redes de amor y solidaridad,
rompiendo cadenas que dividen y aprisionan,
permitiendo así el abrazo y la fraternidad.
Cada ave remonte vuelo hacia lo alto,
y lleve consigo un mensaje de unidad,
en su planeo libre y sin ataduras,
esparciendo amor y luz en la inmensidad.
Que cada paloma sea un símbolo de paz,
un puente que una corazones distantes,
que susurre al oído de la humanidad,
la necesidad de amar sin distinciones.
Y así, entre el aleteo de todas estas aves,
se trence un manto de armonía y hermandad,
donde las diferencias se desvanezcan
y renazca un mundo de respeto y libertad.

La unicidad en la otredad

En el laberinto de la otredad nos perdemos,
distintos e iguales en nuestra dualidad,
buscando una resonancia en la voz del otro,
pero encontrando solo eco en la soledad.

Tu mirada y la mía se entrelazan,
como dos ríos que buscan su cauce común,
pero somos islas en el vasto océano,
universos separados por un invisible telón.

Los otros y yo en danza silenciosa,
cada uno con su propia melodía interior,
unidos por lazos invisibles e indestructibles,
pero separados por muros de desconfianza y temor.

En este refugio de soledades compartidas,
sin señales de conexión aparente,
buscamos la llave que abra el portal del entendimiento,
y nos permita reflejarnos en el espejo del otro sin afrentes.

Un caleidoscopio de almas en búsqueda,
cada una única en su esencia profunda,
pero juntas formando un todo indivisible,
una sinfonía cósmica que en la diversidad se funda.

Palabras encadenadas

Soñar con un mundo mejor es innato en los seres humanos.
Como mujer, madre y escritora siento que hoy la humanidad
necesita volver a comprender el significado de muchos valores
y volver aprender a hacerlos verbos conjugados
y que no sean meros sustantivos abstractos.
Hablamos de paz y amor en millones de poesías,
¿pero qué sucede en los hechos concretos?
Llenamos versos solidarios a miles de causas,
el rol de la mujer, la inclusión social,
la empatía que nos lleva a la hermandad,
y vemos en los niños el futuro salvador.
Encadenamos palabras que suenan bonitas,
que emocionan hasta hacernos llorar
pero solo quedan como bellos mensajes
dignos de ser leídos y publicados
o llenarnos de diplomas insustanciales.
¿Cuándo vamos aprender que no es solo escribir?
Cada uno de los valores deben dejar de ser teorías
y evolucionar hacia lo único que es cierto:
nuestro planeta nos necesita en paz,
en hermandad y solidarios con empatía,
con una mujer de rol activo no agresivo,
con niños educados en el amor al prójimo
donde ya no tengamos que hablar de incluir
porque ya pudimos aprender a convivir
y practicar el respeto a los derechos humanos
y hacernos responsables de los errores.
Basta de palabras sin contenido, que son como…

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