Las comunidades indígenas Quillacingas, que habían anunciado un paro indefinido a partir del 17 de enero en Nariño, decidieron suspender la movilización tras llegar a acuerdos preliminares con la Gobernación y otros representantes del gobierno departamental.
El anuncio del paro había generado preocupación por los posibles bloqueos en vías principales y afectaciones económicas en la región. Las comunidades exigían mayor atención a las problemáticas sociales y económicas que enfrentan, así como inversiones en infraestructura y programas de desarrollo para sus territorios.
Tras varias horas de reuniones, se estableció un compromiso por parte de las autoridades para atender las demandas presentadas, incluyendo la revisión de proyectos pendientes y el fortalecimiento del diálogo permanente entre las partes.
Voceros indígenas señalaron que esta suspensión es temporal y dependerá del cumplimiento de los acuerdos alcanzados en las mesas de trabajo. «Hemos decidido dar un voto de confianza, pero seguimos en alerta. Si no vemos avances reales, retomaremos nuestras movilizaciones», indicó uno de los líderes.
Por su parte, la Gobernación de Nariño manifestó su disposición a seguir trabajando de la mano con las comunidades para buscar soluciones sostenibles. «El diálogo siempre será nuestra herramienta principal para garantizar la paz y el desarrollo en el departamento», afirmó un portavoz gubernamental.
Este acuerdo temporal permite evitar interrupciones en las actividades cotidianas de la región, aunque las comunidades indígenas dejaron claro que estarán vigilantes al cumplimiento de las promesas realizadas.
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