Menu
in

¿Tenían avatares los antiguos egipcios?

Uno de los objetos más populares en los ajuares funerarios del antiguo Egipto es una estatuilla llamada por los egiptólogos

.
CULTURIZANDO EN WHASTAPP

Por lo general con forma de momia y construidos de fayenza (una pasta vítrea de color verdeazulado), los shabtis comienzan a aparecer en las tumbas de la clase pudiente desde finales del Reino medio (hacia 1700 a.e.c.) y se generalizan a partir del Segundo periodo intermedio (1650-1550 a.e.c.). Con el tiempo, llegará a haber un shabti para cada día del año o incluso más: en la tumba de Tutankamón aparecieron 414. Cuando son muchos, suelen guardarse en cajas de madera.

Caja de Paraemneju. Tebas (Deir el-Medina, TT1), dinastía XIX (reinado de Ramsés II, hacia 1279-1213 a.e.c.). Metropolitan Museum of Art, New York

Su color verdeazulado y forma de momia hacen que se parezcan a Osiris, el dios de los muertos, el rey difunto que ha triunfado sobre la muerte y cuyo hijo, Horus, hereda el trono sobre la tierra de los vivos.

Instrucciones para un shabti

La primera referencia escrita que tenemos a estas figurillas apunta hacia otro lado. Se trata de la fórmula 472 de los Textos de los Ataúdes, que se conserva en dos ataúdes procedentes de Dayr el-Barsha, la necrópolis de la antigua Jemenu (Hermópolis), centro fundamental de creación de nuevos textos mortuorios durante el Reino Medio (2050-1650 a.e.c.). El título de la fórmula explica el objetivo de los shabtis, pero no su identidad: “Fórmula para hacer que los shabtis hagan el trabajo de su señor en la necrópolis”.

A continuación, se indica que el oficiante (normalmente, el primogénito del difunto) habla a los dioses:

¡Miradlo bien, nobles, dioses, espíritus y muertos que estáis en el cielo y en la tierra! Ha recuperado su poder, se ha hecho con sus tronos y ha gobernado los rebaños (humanos) creados para este N (= el difunto) siguiendo la orden de los dioses.

Después, se dirige a cada shabti:

Si este N es reclutado para reparar canales, nivelar explanadas, patrullar las orillas o cultivar nuevos campos para el rey reinante, ‘¡Aquí estoy yo en su lugar!’ –le dirás a todo mensajero noble que venga contra este N–.

Por último, a todos los shabtis:

¡Tomad pues vuestros picos, azadas, azuelas y capazos, como hace todo el mundo para su señor! ¡Oh, shabtis! ¡Ayudad a este N! Si este N es reclutado para su servicio y le es penoso como le ocurre a todo el mundo, “¡Aquí estamos!” –diréis–. Si este N es reclutado para vigilar a un trabajador en el cultivo de nuevos campos, repoblar las orillas o transportar arena remando desde el oeste al este del río y viceversa, “¡Aquí estamos!” –le diréis respecto a ello–.

La fórmula acaba con unas instrucciones en el colofón: “Recitar sobre un dibujo del señor vivo hecho en tamarisco y azufaifo, colocado en la capilla del noble espíritu (es decir, el difunto)”.

¿Textos antes que objetos?

Lo primero que sorprende es que el texto es algo…

Visit Web Site

Leave a Reply

Exit mobile version