En el barrio Emilio Botero, ubicado en la Comuna Cinco de Pasto, los residentes enfrentan una serie de dificultades cada vez más graves debido a los intensos aguaceros que han azotado la capital nariñense en los últimos días. Las vías, ya deterioradas, han sufrido un deterioro adicional, convirtiéndose en trampas peligrosas para conductores de motocicletas y transeúntes por igual, quienes han sufrido numerosos accidentes debido a los resbalones ocasionados por el barrial y los charcos de agua que ocultan los huecos.
Johana Camila Maigual, líder comunitaria de la zona, expresa su preocupación creciente por la situación. «Cada día es peor. Las fuertes lluvias crean un barrial que dificulta la circulación y oculta los peligrosos baches. Personas mayores que viven aquí y se dirigen al Potrerillo han sufrido caídas graves, con lesiones significativas en sus extremidades. Los vehículos también enfrentan resbalones, y los motociclistas, al esquivar los charcos, sufren caídas con sus pasajeros», comenta preocupada.
Problemáticas
Además de los problemas físicos de las vías, los líderes comunitarios como Maigual también lamentan la falta de atención por parte de la Administración Municipal. A pesar de múltiples solicitudes enviadas, las reparaciones necesarias no se han realizado, dejando al barrio en un estado de abandono. «Es triste ver cómo este sector es ignorado. Tenemos varias problemáticas acumuladas. Esperamos que finalmente nos presten atención y resuelvan este problema que nos afecta diariamente», agrega con frustración. Por otra parte, Roymar Hurtado, líder cívico del barrio, destaca la creciente inseguridad como otro flagelo constante para los residentes. «Los robos a mano armada se han vuelto una pesadilla. A pesar de tener un CAI cercano, los delincuentes siguen actuando impunemente. Personas que regresan de trabajar tarde en la noche han sido víctimas de la delincuencia, lo cual es inaceptable», enfatiza.