No se trata de un tema menor. Durante años, la CEO ha sometido a la sociedad caucana a un calvario constante: apagones inexplicables, fluctuaciones de voltaje que dañan electrodomésticos y equipos, un mantenimiento deficiente de las redes de conducción y, en general, un servicio que dista mucho de ser eficiente y confiable. Lo que debería ser un servicio público esencial se ha convertido en una fuente de frustración y pérdidas económicas para hogares, comercios e industrias.
Esta situación no es nueva. Desde hace varios años, las comunidades vienen denunciando los atropellos de la CEO, pero la empresa, amparada en un virtual monopolio, parece inmune a las quejas y exigencias. Sus directivos, con un arsenal de tecnicismos y justificaciones, buscan deslumbrar y manipular a quienes osan cuestionar su gestión. Pero las cifras y la realidad hablan por sí solas: el servicio es pésimo y los caucanos son las principales víctimas.
Es una obligación moral, política y administrativa que los alcaldes, concejales, diputados y representantes a la Cámara salgan en defensa de sus electores. Para eso, precisamente, fueron elegidos: para representar los intereses de la ciudadanía y velar por el cumplimiento de sus derechos. No basta con discursos vacíos o declaraciones complacientes. Se requiere una acción contundente ante la Superintendencia de Servicios Públicos para exigir la revisión y, de ser necesario, la terminación del contrato de concesión con la CEO.
Este no es un simple llamado a la gestión. Es una exigencia ciudadana que resonará en las urnas. En este año preelectoral, los caucanos recordarán quiénes se pusieron la camiseta en defensa de sus derechos y quiénes prefirieron mirar hacia otro lado. El voto será el mecanismo para validar o rechazar la gestión de quienes aspiran a representarnos.
Ahora, desde la CEO nos saldrán con un nuevo comunicado. ¿Cuántos caucanos entienden las complejas explicaciones técnicas que ofrece la CEO para justificar los constantes apagones y las fluctuaciones de voltaje? La respuesta es evidente: muy pocos. Y es precisamente en ese desconocimiento donde la empresa encuentra un terreno fértil para su inoperancia.
No podemos permitir que la CEO continúe manipulando y perjudicando a la sociedad caucana durante 10 años más. No podemos tolerar que el afán de lucro de una empresa privada esté por encima del bienestar de una región entera. El Cauca exige respeto, exige un servicio de energía digno, exige que sus representantes y dirigentes cumplan con su deber.
La indiferencia no es una opción. El futuro del servicio de energía en el Cauca…